domingo, 28 de marzo de 2010

Mi ciudad

Soy un gran defensor y promotor de Acapulco, mi ciudad natal. Siempre que alguien lo desprecia como destino turístico o como ciudad importante, obtiene de manera inmediata una réplica llena de orgullo de mi parte. Esta vez, con un gran pesar, acepto que no podría contradecir a quien dijera que Acapulco se ha convertido en un lugar inseguro.
Entre la sociedad se escuchan comentarios constantes acerca de los enfrentamientos armados de las recientes semanas y unas a otras las personas se advierten: “Si sales, no demores mucho, pues está anunciada una balacera en X lugar”.
Acapulco fue uno de los centros turísticos nacionales que se desarrollaron y alcanzaron fama mundial en poco tiempo. Es referente de tradición y de buen ambiente. Además, es el centro económico y político del estado de Guerrero, y cuenta con lugares para todos los gustos. Es sin duda una ciudad con un amplio potencial.
Como nativo de esa ciudad resulta muy doloroso ver su negativa transformación. Se rumora que la reciente violencia es resultado de pactos entre una facción política y una narcotraficante que se están encargando de preparar su terreno para las próximas elecciones de 2011.
No podemos preocuparnos por la violencia en tanto que afecta al turismo, se trata de un fenómeno que daña a la sociedad de manera general y algo debe hacerse para frenarla. Más que como destino turístico, necesitamos repensar Acapulco como el hogar de millones de personas que necesitan contar con un entorno favorable para desarrollarse.
Después de escribir esta breve reflexión he llegado a pensar que si tendría una respuesta para quien criticara la situación actual de Acapulco; con todo orgullo le diría: “los grandes pueblos pasan por duras pruebas que los hacen crecer”. El presente le demanda más que nunca a los habitantes de Acapulco dar lo mejor de sí para devolverle la esperanza a su ciudad.

domingo, 21 de marzo de 2010

REACCIONES A LA REFORMA DE SALUD DE OBAMA

Así reaccionaron importantes figuras de Estados Unidos y el mundo ante la aprobación por el Congreso de la reforma de salud del Presidente Barack Obama:


Democrats of the Congress: “In your face Republicans!!”

Margaret Thatcher y Ronald Reagan: “F*ck you Barack Obama!”

Barack Obama: “Now I can think of re-election”

Sarah Palin: “You wish, socialist rat!”

Hillary Clinton: “I could have done it better…Mr. President”

Michelle Obama: “Barack, you’ll be rewarded tonight" (kinky quote)

George W. Bush: “Let’s invade the White House and establish a democratic regime”

Felipe Calderon: “We have similar social policies, just ask the Mexican electricity workers”

Nancy Pelosi: “I wish I wasn’t this old, 2012 could be my year…the reform was all about me”

Angelina Jolie: “Now, my next 15 adopted kids will get free insurance….and Madonna’s”

Milton Friedman: “Why God, why?!!!”

Paris Hilton: “That’s hot”

Con cariño,

Juan




lunes, 15 de marzo de 2010

Nombrando a un hijo

Soy un precoz, lo admito. Ni siquiera tengo novia y ya me he puesto a pensar en nombres para mis hijos, pero es que el darle un nombre a un ser humano es toda una tarea, pues se le está determinando en cierta medida su identidad. No sé cuanto tiempo tomará el proceso de tener novia-casarme-tener hijos, pero hay que estar preparados para todo, por tal motivo pongo a su consideración mi lista de nombres favoritos, para conocer sus puntos de vista y también leer sugerencias. No soy machista, pero sueño con que el primer hijo sea hombres, así que primero revisemos mis opciones de nombre de varón.

-Juan Andrés: Quiero que mi hijo tenga mi nombre, pues también mi papá se llama Juan y sería crear una tradición simpática para las futuras generaciones de hombres Ascencio. Creo que el nombre “Juan” es muy simple, por ello he pensado en uno con el que se pueda combinar y suene bien, “Andrés” me agrada, juntos suenan elegantes y combinan con el apellido Ascencio.

-Mateo: Es uno de los nombres bíblicos que más me gustan. El evangelio de Mateo presenta a Jesús como rey y está lleno de parábolas bellas. No es un nombre común y suena fresco, el problema es que no armoniza tan bien con el apellido Ascencio.

-Leopoldo: Creo que si mi hijo es un chico educado, intelectual, respetuoso, serio y simpático, este nombre le sentaría muy bien. Me agrada como suena “Leopoldo Ascencio”, y le podríamos llamar Leo. A todos los que les he hablado de este nombre se han opuesto rotundamente.

-Emiliano: Fue una propuesta de mi gran amiga María José, y me agrada, además suena bien “Emiliano Ascencio”, tampoco es un nombre común, aunque lo siento muy ajeno a mi historia; nunca he sido fan de algún Emiliano, ni de Zapata, no tengo ningún familiar con ese nombre, ni un amigo.

Ahora los nombres de niña:

-Isabela: Ha sido uno de mis nombres favoritos, pero últimamente se ha hecho muy común, muy vulgar (gracias Crepúsculo!), así que tengo muchas dudas al respecto, cada vez desecho más la idea.

-Victoria: Lo que me agrada de este nombre es que podría llamar “Vicky” a mi hija, como mi mamá, pero me desagrada porque también es un nombre común, muy usado en telenovelas, muy como de “familia rica en decadencia”, quizás si se combina con “Ana” suene mejor.

-Inés: Me gusta, es como para una niña tierna, noble, femenina, de buen corazón. Creo que si detrás del nacimiento de mi hija hay una circunstancia dura que me conduzca a conocer la bondad de las personas, este nombre terminaría por convencerme.

-Sarah: Me ha encantado este nombre desde niño, y me imagino a una hija inteligente, audaz, fuerte y noble. No creo que armonice muy bien con mi apellido, pero tiene a su favor no ser un nombre común. Creo que es la opción más viable.

Compañeros, ¿qué piensan?

martes, 9 de marzo de 2010

Los placeres de Juan

Hay ciertas cosas que siempre logran animarme, sacarme una sonrisa y hacerme sentir muy tranquilo. Son cosas muy pequeñas, pero que disfruto enormemente y que creo que serían la cura perfecta para un momento de tristeza, angustia, estrés o bien para compartirlas con alguien, trasmitirle la alegría que me producen estas actividades.

A continuación enlistaré 5 cosas a las que denomino “los grandes placeres de mi vida”, actividades que simplemente tienen el efecto de hacerme feliz.

1) Comer pan caliente, no pan dulce, sino tipo bolillo o algo por el estilo. Mientras más caliente mejor. Podría comer sólo pan caliente y no quejarme, es una delicia, prefiero un pan caliente a una gran comida. Si se puede acompañar de chocolate caliente, el placer es total.
2) Leer revistas en los supermercados .Creo que desde niño hago esto, me encantaba que mis papás se fueran a hacer las compras mientras yo me dedicaba a leer cuanta revista quisiera. Todavía lo hago y lo disfruto bastante, sobre todo las revistas que tienen consejos prácticos como Squire, GQ o Men’s Health, aunque ahora, en mi papel de “amo de casa”, tengo que ingeniarmelas para que me de tiempo de comprar y a la vez de leer.
3) Hacer una caminata. No en lugares tranquilos, si no en sitios muy concurrios, me fascina ver gente, no soy enemigo de las aglomeraciones. Mi actual ruta favorita es de la facultad a mi casa, pero también me encanta recorrer toda Ixtapa a pie. Mientras más larga y demandante sea la ruta más la disfruto. Si la realizo acompañado debe ser con alguien que también lo disfrute y no se queje.
4) Una conversación larga y tendida con cualquiera de los miembros de mi lista de personas consentidas. Con estas personas el tiempo no pasa, y siempre es genial llegar a conocerlos más, recibir consejo, hacer broma, escucharlos, etc. Una de las personas con las que más disfruto conversar es mi papá. Lo bueno de esto es que la lista siempre está abierta para crecer, no me podría perder la oportunidad de tener una buena conversación.
5) La secuencia “hacer ejercicio-bañarme-arreglarme”. Es una actividad que desafortunadamente no sucede con gran frecuencia, no me organizo tan bien como para hacer ejercicio constantemente o no tengo tiempo para escoger mi ropa o ningún evento que me lo demande, pero cuando sucede me hace sentir excelente. Lo único de lo que no prescindo es de bañarme.