Mi gran amiga Edie Pearce:
Es un gran placer para mí estarte escribiendo, sabes que me gusta mucho escribir cartas y afortunadamente a ti te encanta leerlas, nos entendemos muy bien. Espero que el frío de Nueva York no te esté afectando mucho, tu qué siempre te enfermas fácilmente.
Quiero decirte que apoyo completamente las últimas decisiones que has tomado, sobre todo aquellas con respecto a Nathan. Lo traté muy poco cuando te acompañó a Boston a la fiesta de tu hermana, me agradó pero me sorprendió mucho cuando me dijiste que se hicieron novios.
No me puse feliz con la noticia, en lo personal no podía creer que hubieras renunciado a tus convicciones para experimentar el amor de pareja, tu siempre me inspiraste a ser paciente y dejar al tiempo hacer su obra y sí que fue muy extraño el verte en el papel de la novia cursi. Pero bueno, respeté tu decisión completamente, pues siempre te he considerado una chica muy madura, además de que sentí que tu relación no iba a ser muy relevante en tu vida y que terminarías aprendiendo muchas cosas.
Pero bueno, eres el tipo de personas a quienes los errores los hacen mejores y logran sobreponerse con madurez, así que estoy muy tranquilo y feliz por ti, ya verás que luego conocerás al hombre que te mereces y vivirás la love story que tanto has soñado.
Yo he estado muy presionado estos días. La universidad me ha agotado mucho y requiero un descanso urgente, ahora estoy un poco triste porque no podré visitar a mi familia en Los Angeles para el día de acción de gracias, pero cuento con que Maxxie me invite a celebrar con su familia, de lo contrario ya veré como me sobrepongo a esto.
Aunque no lo creas –porque nunca te lo digo- te extraño mucho. En verdad que no sé como pudiste dejar Harvard para irte a estudiar economía a Columbia, tienes mucho talento como abogada, regresa!, además eres mi mejor amiga y es duro no tenerte para contarte lo que me pasa y para ir al cine, nadie es tan tolerante conmigo respecto a mis gustos cinematográficos como tú. Tu vida en Nueva Cork es lo único que no me gusta de nuestra amistad, por lo demás he de decirte gustoso que me hace muy felices tu amigo.
He aprendido mucho de ti y lo sigo haciendo, cada consejo que me das, cada pelea que tenemos, cada debate político y cada broma tonta es un gran regalo de Dios para mi vida. Es muy curioso ver como te convertiste en alguien fundamental para mí, me intriga la dinámica de la vida, jamás hubiera imaginado que te conocería y que fuéramos a ser tan buenos amigos.
Lamento no ser valiente y hablarte de todo lo que me sucede pese a que tú siempre estás dispuesta a ayudarme. El ser abierto es algo que no se me da, además tú presionas mucho y eso me bloquea, necesito que respetes mi ritmo y que seas paciente, hay cosas que por ahora son temas que no me animo a tocar contigo, pero con el tiempo verás que lo haré, porque déjame decirte que existe la confianza, mas no el valor.
Me despido Edie, espero que mi carta te alegre el día. Haz planes para que en invierno vayas a Los Angeles y me des mi abrazo de cumpleaños personalmente, por ahora estoy convenciendo a Maxxie de ir, nada me haría más feliz que tener a mis dos mejores amigos en ese día tan especial, aunque no sé si mi amistad con él esté en excelentes términos.
Cuídate mucho querida Edie, no dejes de escribirme y no te preocupes por el príncipe azul, ya llegará.
Es un gran placer para mí estarte escribiendo, sabes que me gusta mucho escribir cartas y afortunadamente a ti te encanta leerlas, nos entendemos muy bien. Espero que el frío de Nueva York no te esté afectando mucho, tu qué siempre te enfermas fácilmente.
Quiero decirte que apoyo completamente las últimas decisiones que has tomado, sobre todo aquellas con respecto a Nathan. Lo traté muy poco cuando te acompañó a Boston a la fiesta de tu hermana, me agradó pero me sorprendió mucho cuando me dijiste que se hicieron novios.
No me puse feliz con la noticia, en lo personal no podía creer que hubieras renunciado a tus convicciones para experimentar el amor de pareja, tu siempre me inspiraste a ser paciente y dejar al tiempo hacer su obra y sí que fue muy extraño el verte en el papel de la novia cursi. Pero bueno, respeté tu decisión completamente, pues siempre te he considerado una chica muy madura, además de que sentí que tu relación no iba a ser muy relevante en tu vida y que terminarías aprendiendo muchas cosas.
Pero bueno, eres el tipo de personas a quienes los errores los hacen mejores y logran sobreponerse con madurez, así que estoy muy tranquilo y feliz por ti, ya verás que luego conocerás al hombre que te mereces y vivirás la love story que tanto has soñado.
Yo he estado muy presionado estos días. La universidad me ha agotado mucho y requiero un descanso urgente, ahora estoy un poco triste porque no podré visitar a mi familia en Los Angeles para el día de acción de gracias, pero cuento con que Maxxie me invite a celebrar con su familia, de lo contrario ya veré como me sobrepongo a esto.
Aunque no lo creas –porque nunca te lo digo- te extraño mucho. En verdad que no sé como pudiste dejar Harvard para irte a estudiar economía a Columbia, tienes mucho talento como abogada, regresa!, además eres mi mejor amiga y es duro no tenerte para contarte lo que me pasa y para ir al cine, nadie es tan tolerante conmigo respecto a mis gustos cinematográficos como tú. Tu vida en Nueva Cork es lo único que no me gusta de nuestra amistad, por lo demás he de decirte gustoso que me hace muy felices tu amigo.
He aprendido mucho de ti y lo sigo haciendo, cada consejo que me das, cada pelea que tenemos, cada debate político y cada broma tonta es un gran regalo de Dios para mi vida. Es muy curioso ver como te convertiste en alguien fundamental para mí, me intriga la dinámica de la vida, jamás hubiera imaginado que te conocería y que fuéramos a ser tan buenos amigos.
Lamento no ser valiente y hablarte de todo lo que me sucede pese a que tú siempre estás dispuesta a ayudarme. El ser abierto es algo que no se me da, además tú presionas mucho y eso me bloquea, necesito que respetes mi ritmo y que seas paciente, hay cosas que por ahora son temas que no me animo a tocar contigo, pero con el tiempo verás que lo haré, porque déjame decirte que existe la confianza, mas no el valor.
Me despido Edie, espero que mi carta te alegre el día. Haz planes para que en invierno vayas a Los Angeles y me des mi abrazo de cumpleaños personalmente, por ahora estoy convenciendo a Maxxie de ir, nada me haría más feliz que tener a mis dos mejores amigos en ese día tan especial, aunque no sé si mi amistad con él esté en excelentes términos.
Cuídate mucho querida Edie, no dejes de escribirme y no te preocupes por el príncipe azul, ya llegará.
Peter Maloney