lunes, 16 de noviembre de 2009

Buen puente!

De repente no me alegra mucho la idea de tener un puente. Mi familia está lejos de la ciudad e ir a visitarlos implica casi todo un día de viaje por carretera, y para el avión simplemente no me alcanza, y sin ellos los días de descanso no son igual. Y por si fuera poco algunos de mis amigos salen fuera de la ciudad y los que se quedan están llenos de compromisos familiares. Así que se vuelven días solitarios y lentos.

Pero en este puente decidí no centrarme en el lado positivo y aprovecharlo para arreglar algunos pendientes. El sábado estuve en casa de una gran amiga y pasé una tarde muy divertida y relajante. Al llegar a casa quedé impactado con lo desarreglado que estaba mi cuarto y por el cúmulo de ropa que tenía que planchar y lavar, así que no me detuve y comencé la primera etapa de saneamiento de mi hábitat.

La noche del sábado no me bastó y la cuestión de la limpieza permaneció pendiente. El domingo en la mañana me apresure para llegar temprano a mi iglesia, pues estoy a cargo de invitar personas y desde hacía dos fines de semana había ignorado mi responsabilidad. Llegué y desafortunadamente no había folletos de invitación listos para repartir, así que tuve que prepararlos, labor que me absorbió toda la hora destinada a salir a las calles a invitar, pues nadie de mi equipo llegó y tuve que hacer todo solo. Al menos ya hay unos setenta folletos listos para el próximo domingo.

Después de escuchar una excelente predicación, cantar y convivir con los hermanos de la congregación me dispuse a ir a comer a un restaurante modesto. Durante mis días de universidad como cualquier cosa que quite mi hambre y nunca lo disfruto; ese día comí con mucha calma y hasta pude leer un fragmento de un libro muy interesante.

Posteriormente llegué a mi casa y estuve arreglando un poco mi cuarto y oyendo música, hasta que revisé mi correo y recordé que debía mandar unas tareas atrasadas y me puse a hacerlas y luego a mandarlas. Al terminar, y al mismo tiempo que veía uno de esos ridículos programas de domingo, continué con el saneamiento de mi cuarto y dejé mi cama impecable.

En plena noche me dio gran curiosidad saber cual es el conflicto en la República Democrática del Congo y estuve leyendo sobre él en Internet hasta que el sueño que venció; he de decir que el conflicto es muy interesante y tenebroso.

Hoy por la mañana lavé mi ropa sucia, la que es delicada la llevé a la tintorería, planché algunas prendas, lavé trastes, y otras tareas domésticas. Fui de nuevo a un restaurante donde la comida era de mediana calidad, luego vi un fragmento de la película Inglorious Bastards (me encanta el título jaja) y hasta que fueron las cinco de la tarde fui a correr al parque Viveros, sólo 4 kilómetros!!, pues me empezó a doler el riñón y oscurecía rápidamente. Volví a mi casa e hice algo de ejercicio, lo cual me sentó muy bien, pues hacía mucho tiempo que no hacía y me sentía atrofiado; en verdad me relajó.

Así fue como pasé mi puente, estuve contento, lo disfruté ampliamente y ya quiero que haya otro, bueno, ya están a la puerta de la esquina las vacaciones, así que esperaré. Como ven, hice muy poca tarea, por ello, tendré que quitarme unas horas de sueño y ponerme a trabajar en unos pendientes de la universidad, pero ya con más entusiasmo, pues me relajé y la pasé muy bien.

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