El día de ayer platicaba con un buen amigo sobre varios temas de la vida y no pudimos dejar de hacer un incipiente análisis de la sociedad y de las relaciones amorosas (aunque fue prácticamente traído a colación por mí). Platicamos un buen rato acerca de estos temas y logramos vincularlos; entre una y otra cosa que decía mencionamos el tema de los estereotipos y su impacto en cómo te desenvuelves en las relaciones amorosas. Yo le expliqué mis vivencias y se me ocurrió mencionar el estereotipo de “boy next door”, sin embargo me di cuenta de que no conocía en realidad el contenido de este concepto, por lo que en la
primera oportunidad lo busqué en Internet y pude comprenderlo. He aquí algunos aspectos que conforman a un boy next door.
1) Es un estereotipo que en Occidente evoca una masculinidad sana, sin presunciones o “promedio”.
2) Se refiere a hombres jóvenes con un comportamiento dulce y tímido, que apenas está descubriendo sus fuerzas físicas y espirituales.
3) Llama la atención de manera inocente por su encanto, sinceridad e inexperiencia sexual.
4) Nunca es arrogante y a veces es reservado.
5) Este estereotipo es el protagonista de muchas historias, en las que se contrasta su inocencia, sinceridad y origen sencillo con la astucia, hipocresía y privilegios del antagonista.
6) Se trata de chicos dulces, muy buenos amigos, el chico perfecto para que una chica lo lleve a casa a conocer a sus padres.
7) Es muy inocente en lo que respecta al romance.
Le mencionaba a mi amigo que durante la preparatoria algunas compañeras me comentaron que me catalogaban de esta manera, aunque en español no existe un estereotipo para denominarlo. Me divierte mucho el sistema de estereotipos, en el sentido de desarrollo de los roles sociales, pero lo desprecio si se trata de regir la vida de las personas, pues todos tenemos un gran potencial que desarrollar y no es justo que las personas se etiqueten unas a otros. Yo más bien crearía un sistema de “perfiles” que, sobre todo en el terreno amoroso, serviría para entender las necesidades, deseos y actitudes de las personas.

1) Es un estereotipo que en Occidente evoca una masculinidad sana, sin presunciones o “promedio”.
2) Se refiere a hombres jóvenes con un comportamiento dulce y tímido, que apenas está descubriendo sus fuerzas físicas y espirituales.
3) Llama la atención de manera inocente por su encanto, sinceridad e inexperiencia sexual.
4) Nunca es arrogante y a veces es reservado.
5) Este estereotipo es el protagonista de muchas historias, en las que se contrasta su inocencia, sinceridad y origen sencillo con la astucia, hipocresía y privilegios del antagonista.
6) Se trata de chicos dulces, muy buenos amigos, el chico perfecto para que una chica lo lleve a casa a conocer a sus padres.
7) Es muy inocente en lo que respecta al romance.
Le mencionaba a mi amigo que durante la preparatoria algunas compañeras me comentaron que me catalogaban de esta manera, aunque en español no existe un estereotipo para denominarlo. Me divierte mucho el sistema de estereotipos, en el sentido de desarrollo de los roles sociales, pero lo desprecio si se trata de regir la vida de las personas, pues todos tenemos un gran potencial que desarrollar y no es justo que las personas se etiqueten unas a otros. Yo más bien crearía un sistema de “perfiles” que, sobre todo en el terreno amoroso, serviría para entender las necesidades, deseos y actitudes de las personas.
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