
Me has herido con tu egoísmo, mas no me has destruido, sigo con vida. Jugaste bien tus cartas, avanzaste a dónde querías aunque fingías no saberlo y exigías más. Me arrancaste del mundo, me formaste para complacerte, para llenar tus vacíos e impusiste salvajemente una obligación a mi corazón. Conocías mis debilidades y las utilizaste a tu favor, supiste convertirte en un auxilio al cual yo recurría, aseguraste tu lugar. Disfrazaste de amor tu ansiedad de vivir lo que otro no te hubiera dejado; hiciste de un sueño una horrenda mentira. No me dejaste vivir mientras me tuviste en tus manos, me acostumbraste a una prisión que lucía ante mi tristeza como hogar. Nunca fui sabio ni fuerte, tú lo sabías y no te detuviste, no tuviste escrúpulos, te satisfacía arrancarle los ojos a un ciego. Pero se acabó, he empezado a disfrutar la vida que logré rescatar de ti, sin ti puedo ser yo. Disfruta el final de tu ilusión, de tu mentira, que alguien más te llene, egoísta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario